Entrevista a Sergi Regal, el diseñador de las nuestras divas
“No soy de seguir las modas, cuando me preguntan qué se va a llevar el año que viene siempre contesto que lo que te siente bien”
“La primera vez que vi una creación mía encima de un escenario no pude para de llorar, es una sensación difícil de describir”
“Al final todo es cuestión de mucho trabajo y constancia, visualizar a dónde quieres llegar e ir a por ello”
“Creo que está llegando una juventud maravillosa, libre de prejuicios y súper naturales ante la condición o identidad sexual de cada uno, a los que somos algo mayores hasta nos asombra”
“Todos los que pertenecemos al colectivo LGBTI hemos sufrido algún tipo de bulliyng, pero hay que seguir adelante luchando y no llenarse de rencor”

¿De dónde viene tu vocación de diseñador de ropa?
Lo cierto es que el mundo de la moda siempre me ha interesado muchísimo y soy autodidacta. Empecé hace unos 17 años montando una pequeña tiendecita de apenas 25 metros cuadrados en la que me fui especializando conforme iba viendo como iba el sector. Así, en mis ratos libres hacía cursos de corte y confección y patronaje para ir haciendo yo mi propia ropa. Allí me di cuenta de que los clientes cada vez me pedían más cosas y que se me daba bien el aconsejar, el saber decirle a una clienta qué tipo de ropa le sentaba bien a su fisionomía. En definitiva, fue una mezcla un poco de todos estos asuntos lo que hizo que fuera encaminado mi profesión a lo que soy ahora.
¿Quiénes son tus referentes?
Nunca me he puesto techo, nunca he dicho quiero ser un Vercace o un Dior, yo quiero ser yo y trabajar en lo que me gusta, ganarme la vida con ello y creo que lo estoy consiguendo. Dicho esto, claro que hay diseñadores a los que admiro, muchos de ellos españoles y andaluces. En España tenemos una cantera impresionante de buena. Me gusta mucho Roberto Diz o Gabriel Muar, que además es almeriense y amigo, lo conozco desde hace muchos años y tiene un arte increíble, yo lo adoro. Hay mucha gente interesante. Quizás, el que yo haya tenido arrojo y nunca me haya dado vergüenza tocar las puertas que hicieran falta y algunas se han ido abriendo.
¿Qué diferencia hay entre esta nueva generación de diseñadores que llega con los grandes diseñadores del pasado?
Creo que, ahora mismo, en el momento en el que estamos, lo que tiene muchísima importancia y que antes no existía como herramienta son las nuevas tecnologías. Las redes sociales hacen que puedas llegar a muchísima gente en muy poco tiempo. Es un escaparate muy importante para visibilizar tu trabajo. Puedes estar haciendo algo aquí en mi tierra Almería y lo están viendo en México, como me está pasando ahora, por ejemplo. Antes solo había campañas de publicidad, mientras que ahora tú mismo con un teléfono móvil te puedes hacer tu propio marketing, además de una gran red de contactos.
La moda española siempre ha sido bastante respetada y ha estado siempre entre las mejores del mundo, ¿crees que la andaluza también?
Sí que creo que la moda andaluza tiene su propio sello. Es muy importante y además estoy muy orgulloso de tener mi propio sello. Es una satisfacción que alguien me diga que, en cuando ha visto un diseño mío, sabía que era tuyo enseguida, sabía que era Regal, que tiene tu marca. Pero sí es verdad que la moda andaluza en su conjunto tiene algo muy racial, muy nuestro. Por ejemplo, Mónica Naranjo en cuanto le pruebo un vestido que le gusta me dice que tenemos algo, que como le sientan los diseños de aquí no le quedan otros. Eso te llena de orgullo, lógicamente.
Tu profesión siempre se ha considerado muy artesana, de mucha dedicación y creación, ¿qué opinión te merecen las grandes cadenas de ropa?
Yo soy una persona que parte de la base de respetar todo, en todos los negocios cada uno es libre de enfocar su estrategia como considere, siempre y cuando no falte al respeto al resto. Sin embargo, hay cosas que no me gustan porque no respetan a asuntos de humanidad, como es el caso de aprovecharse de mano de obra económica demasiado económica, explotación infantil, en definitiva, no tener ética, aquí se pierde el respeto del que hablamos. En otro orden de cosas, nunca he sido alguien que haya seguido las modas, tampoco he sido excesivamente extravagante, aunque he tenido mis épocas. De hecho, cuando me preguntan qué se va a llevar el año que viene, siempre contesto que se lleva lo que te quede bien. No hay que seguir tendencias que no te gusten o que no te sienten bien. Cuando una cliente se prueba un par de vestidos también siempre le digo que elija el que le haga sentir cómoda. Porque cuando estás cómodo con una prenda se refleja en ti, en tu forma de comportarte, en tu tranquilidad y serenidad. Hay una mezcla de muchas cosas para que una prenda la luzcas.
¿Y la moda social, económica y medioambientalmente ética?
En el terreno medioambiental la moda tiene mucho que decir y, sobre todo que hacer. Como hemos hablado antes, esto es un negocio y muchas veces solo interesa tener muchos beneficios minimizando los gastos. No hay mentalidad de invertir en temas tan importantes como este. Cuando ese chip cambie, cambiarán muchas cosas en cuando a lograr que el negocio de la moda se ético y medioambientalmente comprometido.
Una faceta fascinante tuya es que vistes a grandes estrellas como Mónica Naranjo, Pastora Soler o Soraya, ¿qué nos puedes decir de trabajar con estas divas?
Cada persona es un mundo y todos somos diferentes, eso ocurre con ellas. Para mi es muy satisfactorio, además del escaparate nacional e internacional que supone vestirlas. Cada una de ellas es diferente. Es sumamente gratificante ver que un proyecto, una prenda que empieza en mi cabeza desde cero acaba encima de un escenario o en una alfombra roja es una sensación que casi no puedo describir. De hecho, la primera vez que vi algo mío encima de un escenario no podía parar de llorar, escuchar los comentarios de la gente a tu alrededor, que no sabe que es tuyo, opinando qué bonito o que bien le queda, es algo que no tiene nombre.
¿Y cómo es ese proceso creativo que tienes con ellas? ¿Es, por así decirlo, un toma y daca?
Tengo la suerte de contar con mucha libertad, con mucho campo libre, supongo que es producto de que confían en mi. Dicho esto, es verdad que cada vestuario es diferente dependiendo de para qué se haga, no es lo mismo vestirlas para una gira, para una alfombra roja, para unos premios de música o de cine, bajo mi punto de vista. Aquí entra en juego mi experiencia de tanto tiempo de saber vestir a una mujer y la fisionomía o personalidad de cada una de ellas, ya sea Rosa López, Mónica Naranjo o Pastora Soler, cada una tiene su estilo propio. En cuanto al proceso en sí, siempre se parte de una reunión de trabajo en la que me dan la información necesaria que necesito para crear.
¿Nos puedes contar alguna anécdota que te haya ocurrido con ellas?
Tengo cientos de anécdotas, las más recientes son con Mónica Naranjo porque acaba de terminar su gira y he estado con ella en todos sus conciertos, porque quería que estuviera con ella para los cambios y demás. Soy como las madres de antes, que te ponían un plato a rebosar, siempre prefiero que sobre. Si en un concierto se necesitan tres cambios de ropa, yo hago 17. Así me quedo tranquilo teniendo donde elegir. Como anécdota, te diré que las primeras ideas que le di no encajaban con lo que ella tenía en mente, así que, después de quedarme algo bloqueado, preparé otros diseños, diecisiete en total, pensando que al menos tres encajarían. Lo bonito fue que le gustaron de más y se hicieron seis cambios por actuación, por eso se ha visto tantos cambios. Además de que no queríamos escatimar en el nuevo renacer de Mónica, que la gente la viera radiante y la verdad es que estoy muy contento, y ella también, porque las críticas están siendo muy buenas con respecto al vestuario.
En definitiva, en cuando a las anécdotas, estas pasan por formar parte de ver a esa diva como personas como tú y como yo, hablando y gastando bromas. Yo soy muy campechano y suelto muchas burradas, y al final terminamos con muchas risas.
Además, eres un abanderado de la causa LGBTI, ¿qué crees que nos falta? ¿qué estrategias deberíamos seguir para alcanzar la plena igualdad y el respeto que merecemos?
Creo que todo pasa por la educación desde pequeños, cuando esto cambie y sea la base, cambiará todo, no habrá etiquetas ni topicazos. Gracias a dios, las cosas están cambiando, nos queda mucho por hacer, eso es cierto, pero ahora no tiene nada que ver a como eran las cosas hace treinta años, esa es la realidad. Así que cuando los cavernícolas que aún quedan vayan llegando a donde está Franco y salgan por los pies por delante, cambiará todo. Mientras no queda otra que ignorarlos y seguir adelante en la lucha por nuestros derechos y normalización. Así que estoy seguro de que las generaciones futuras tendrán mucho ganado, ya no serán señalados ni etiquetados y seremos prácticamente libres. Porque, además, está llegando una juventud maravillosa, sin prejuicios, con una naturalidad que incluso a nosotros nos asombra. Y los cavernícolas jóvenes que siguen señalando o insultando son los hijos de los cavernícolas de los que hablábamos, o sea, que son los mismos de siempre, vienen enseñados de casa.
¿Por último, ¿qué les dirías a todos esos jóvenes que tienen un sueño?
Soy mucho de energías de visualizar a dónde queremos llegar. Y, por supuesto, la constancia y el trabajo, porque en esta vida nadie regala nada. Por muchos palos que te lleves no hay que rendirse y tener esa visualización, porque llega un momento en que tus sueños se cumplen, lo tengo comprobado. Además, hay que aprender de los fracasos, ahora, hay que tener cabeza y saber analizar que es lo que ha salido mal y corregirlo y no todo el mundo tiene sea capacidad, hay mucha gente que tan solo se lamenta y así se tropiezan siempre en las mismas piedras, no hay autocrítica. Hay que buscar soluciones, buscarse la vida por todos los lados que hagan falta, de la “a” a la “z” hay muchos planes para llegar a donde quieras llegar.
¿Y a los que pertenecen al colectivo LGBTI y que ahora muchos de ellos lo estarán pasando mal?
Sobre todo, les diría que estuvieran tranquilos y contentos con ellos mismos. Yo recuerdo que cuando sufría acoso en el colegio, porque todos lo hemos sufrido y el que crea que no lo ha sufrido es porque ha borrado ese recuerdo de su memoria, cuando llegaba a mi casa recibía muchísimo amor. Mi etapa del colegio fue la más dura, porque no entiendía por qué se metían conmigo, pero nunca me quedaba ese sentimiento de odio en mi interior, porque eso solo se vuelve en tu contra y te hace sufrir más. Creo que es muy difícil y a la vez tan fácil superar ese tipo de cosas, quiero decir que no hay llenarse de rencor y seguir tu camino. Me niego a perder mi energía en lamentarme. Como te he dicho, creo mucho en la energía y en que al final todo llega, para bien y para mal, así que estoy tranquilo conmigo mismo y mi vida va mucho mejor así, sin dejar que esas malas energías me afecten. Imagínate la de críticas que yo he podido tener trabajando al nivel que trabajo y viviendo en una ciudad pequeña de provincias. De mi han dicho de todo y, sinceramente, a mi me da igual, yo sé quién soy.